Es la 1 a. m. y el fotógrafo profesional Alex Qureitem tiene un viaje de cuatro horas por delante. Se dirige al desierto de Dubai para una sesión de fotos del amanecer de un Nissan GT-R que pertenece a alguien que nunca conoció. Alex conducirá hacia la oscuridad arenosa de Dubai sabiendo muy bien que una vez allí, si su automóvil tiene problemas o si se pierde la recepción de su celular, estará en serios problemas. Y necesita poder encontrar el camino de regreso.

"Hay una cita que escuché una vez que dice que todo lo que siempre has querido se encuentra al otro lado del miedo", dijo Alex. "Es muy cierto. Si no hubiera hecho esto, no sabría todo lo que sé ahora".

Esa excursión nocturna resultó en algunas de las imágenes más impresionantes del libro autoeditado de Alex, "GT-R: The Journey", un ensayo fotográfico que describe a los propietarios, sintonizadores, conductores profesionales y más de GT-R de todo el mundo.

A medida que se acerca el 90 aniversario de Nissan este diciembre, el GT-R simboliza la filosofía de Nissan de atreverse a hacer lo que otros no hacen. Para Alex, significó atreverse a embarcarse en un viaje de un año preguntando a extraños si podía tomarles una foto en busca de imágenes impactantes, historias asombrosas y hacer amistades para toda la vida.

El viaje de Alex comenzó desafiando sus miedos e ignorando el consejo de que su viaje sería una excelente manera de perder los ahorros de toda su vida.

En Dubai, Alex fotografió un GT-R perteneciente al Sultán Almansoori.

Un vínculo temprano con una leyenda

Al igual que muchos niños amantes de los autos que crecieron en los 90, la primera vez que Alex condujo un Skyline GT-R (1992 R32 GT-R V-Spec II) fue una experiencia digital jugando a Gran Turismo en una PlayStation® de Sony. Más tarde, mientras vivía en Australia, escuchó un R32 GT-R pasar junto a él en la carretera. Eso fue todo lo que tomó. Alex buscó su primer Skyline, un R32 GTS-T.

En la universidad, Alex estudió fotografía mientras desarrollaba su pasión por contar historias a través de su lente. Hoy es un fotógrafo profesional.

"Con la fotografía siento total libertad", dijo Alex. "Los resultados no necesitan ajustarse a ninguna restricción. Una imagen no tiene que ser perfecta. Solo tiene que transmitir un sentimiento".

Una pasión infantil por el GT-R, combinada con un talento natural como fotógrafo, convenció a Alex para hacer el libro.

"La pasión, la dedicación y la búsqueda de la perfección que Nissan invirtió en la creación de los GT-R siempre me han fascinado", dijo Alex. "Como entusiasta, creía firmemente que la escena merecía un homenaje. Tomé la decisión de crear un libro y a la semana siguiente compré un boleto de avión de ida con el objetivo de ver hasta dónde podía llegar en mi misión de descubrir las generaciones detrás del GT-R".

Embarcarse en un viaje que cambiará su vida

Ahora que vive en Berlín, Alex hizo de Australia, el otro lado del mundo, su primera parada. Poco antes de llegar, y sin tener idea de qué esperar ni siquiera de un contacto local, le escribió a un amigo cuyo padre estaba involucrado en las carreras. Cuando Alex llegó, recibió una llamada del legendario piloto de carreras australiano Jim Richards, quien condujo autos del Grupo A en 1991 en Bathurst.

"No pude evitar apreciar que solo dos semanas antes estaba sentado en mi oficina con el sueño abstracto de crear un libro y, en ese mismo momento, el siete veces campeón de Bathurst 1000, Jim Richards, me estaba preparando una taza de té".

Hablaron sobre los R32 GT-R que dominaron las carreras en Bathurst y lo impresionantes que eran tanto en potencia como en tracción.

"Si no tuvieras un GT-R en tu equipo, no ganarías la carrera", dijo Jim.

Un momento de arrepentimiento

De Australia, Alex se fue a California. Al llegar, su entusiasmo se convirtió en tristeza ya que no tenía contacto para su próximo paso. "Estaba sentado en mi coche de alquiler, con la cabeza entre las manos mientras hablaba con mi esposa en casa. Empecé a dudar de todo el proyecto", recuerda Alex.

Con palabras de aliento y algo de compostura, Alex hizo lo que mejor sabe hacer: hacer que las cosas sucedan. Le envió un mensaje al fotógrafo y escritor Naveed Yousufzai para ver si podía reunir a algunos propietarios de Skyline GT-R.

Naveed hizo arreglos para que unos 15 propietarios se reunieran cerca del puente Golden Gate de San Francisco. Uno por uno, comenzaron a llegar, algunos después de un viaje de tres horas. La misión era ambiciosa: capturar una foto grupal inimaginable e impresionante de GT-R en el puente Golden Gate.

"Hice una pausa por un momento para apreciar la situación a medida que se desarrollaba", dijo Alex. "Estos autos ni siquiera estaban disponibles para importar hasta hace unos pocos años. Me encanta la toma porque es un grupo de autos que normalmente no estarían aquí. Deberían estar en el Rainbow Bridge de Tokio".

La noche siguiente, después de mover algunos conos de tráfico para explorar un camino cerrado y tomarles fotos a algunos autos más, los policías llegaron y le dijeron que estaba en una propiedad restringida. La situación pronto se relajó cuando Alex habló sobre el libro y los GT-R.

Los oficiales dejaron que Alex se quedara unos minutos más para lograr la foto. Incluso ayudaron a iluminar los coches con sus focos.

Un hito de recuerdos

Alex puso su corazón y alma en este proyecto a pesar de que, como admite libremente, sonaba absurdo. Los entusiastas de los autos reconocieron la pasión y la apreciaron, razón por la cual tantas personas estaban dispuestas a dar tiempo y acceso a sus autos y experiencias.

"Siempre es fascinante cómo el lenguaje de los autos trasciende las nacionalidades y nos lleva a todos a un mismo campo de juego. Di la vuelta al mundo y descubrí que el GT-R es un elemento común".

Cada viaje por carretera requiere paradas para descansar tanto el coche como el conductor.

Después de un año de viajar a más de 18 lugares, conocer a innumerables entusiastas y con una pila de tarjetas de memoria llenas al máximo con fotos impresionantes, Alex definió que el libro estaba completo. Decidido a hacer las cosas a su manera, Alex decidió autoeditarse, asumiendo el desafío de la logística, la selección del papel e incluso conseguir que el libro pesara menos de dos kilogramos para evitar costosas tarifas de envío internacional. Tan pronto como el libro estuvo disponible para su compra, se vio inundado con pedidos anticipados de todo el mundo, un testimonio de la atracción del GT-R.

Durante el viaje de Alex explotando su pasión, luchó contra las diferencias horarias, los itinerarios en blanco y las dudas sobre sí mismo. Al mismo tiempo, encontró amabilidad, generosidad, apoyo y buena suerte.

"Antes de comenzar este proyecto, estaba absolutamente aterrorizado", dijo Alex. "Un gran desafío fue superar esa voz en mi cabeza que me decía que no lo hiciera. Lo hice porque amo la fotografía. Amo el GT-R. Me dije a mí mismo que soy lo suficientemente bueno para hacer esto. Cuando tienes confianza y eres honesto contigo mismo, las cosas se unen. No siempre fue fácil, pero funcionó".

Explora la galería a continuación para ver muestras del trabajo de Alex de su libro y reflexiones sobre sus experiencias y momentos memorables.